El 12 de octubre, discusión sobre la discriminación étnica o «racial» en el contexto político.
UNSCH / CDDA – CPAP
El 12 de octubre de 1492 Cristóbal Colón llegó a América bajo mandatos de la corono española en búsqueda de extender el expansionismo mercantil de España. En inicios del siglo XX fue conmemorado como el “día de la raza”; sin embargo, la noción de raza para referirse a pueblos indígenas distintas a occidente fue reemplazada por la cultura. Por lo que no existen razas, pero sí culturas. No obstante, las ideas de la existencia de razas sigue presente en el imaginario colectivo y también el racismo.
El racismo tiene una relación con el origen del capitalismo como un nuevo patrón de poder mundial. Uno de los ejes fundamentales de este patrón de poder es la clasificación social de la población mundial sobre la idea de raza, una construcción mental que expresa la experiencia básica de la dominación colonial y que desde entonces permea las dimensiones más importantes del poder mundial; incluyendo su racionalidad específica, el eurocentrismo.
Al margen de la explicación de las diferencias fenotípicas y genotípicas de los conquistadores y conquistados en que se definió la “raza” como una categoría eurocéntrica. También explicaremos el racismo en relación con el origen del capitalismo.
Según George Novack, en el caso de la colonización española, portuguesa, inglesa, francesa y holandesa en américa fue esencialmente capitalista.
¿Por qué decimos que no hay capitalismo sin racismo?
Por la misma razón de que la esclavitud y el racismo tiene una relación con el capital. Marx fue uno de los que se aproximó al tema de la forma más precisa, ubicando las profundas relaciones que existen entre “raza y clase”.
Es decir, es la esclavitud que concede ‘valor’ a las colonias, fueron las colonias las que crearon el comercio mundial. Y el comercio mundial es una condición necesaria para el desarrollo de una industria en gran escala. Es por ello que el racismo surgió en Europa Occidental como una consecuencia del tráfico de negros, como una justificación ideológica para la esclavitud. Según el historiador Erick Willams, la burguesía fue creando gradualmente los estereotipos y preconceptos que, hasta hoy, caracterizan la discriminación racial.
Producto de las constantes crisis del capitalismo, el concepto de discriminación, ya no solo es una cuestión cultural, sino también político e ideológico. Por lo tanto, la crisis política de los gobiernos es la respuesta a la crisis del capitalismo.
En medio de esta crisis política, algunos sectores políticos conservadores como (Fuerza Popular, Avanza País, Renovación Popular, etc.) desataron toda una campaña, no solo de discriminación racial, sino también política e ideológica contra los manifestantes y sus opositores políticos, como es el caso de ex presidente Pedro Castillo. La campaña del “terruqueo”, fue una de las formas de discriminación para justificar las detenciones arbitrarias y criminalizar las protestas. Al estilo macartista empezaron a terruquear a todos los manifestantes de provincia, los que estaban en contra del gobierno los llamaron “comunistas”. Incluso, Dina Boluarte llego al extremo de decir que “Puno no es el Perú”.
Toda esta campaña cargada de estereotipos y odio político ha desenmascarado el verdadero rostro antidemocrático, opresor y racista del estado peruano. El concepto de “ciudadanía” solo funciona en épocas de elecciones, la interculturalidad solo se respeta cuando se habla de turismo y Folklor. Dicen que “el Estado somos todos”, pero nadie se siente escuchado por sus gobernantes. El Estado tiene un carácter de clase conformado por un grupo de poder que mantiene sus privilegios de “raza y clase” durante siglos y lo único que cambiaron fueron sus vestiduras.
Por lo tanto, el racismo es económico, político, ideológico, cultural y subjetivo, pues hace parte de un todo complejo e interrelacionado empleado para la explotación, dominación y discriminación de la población negra, de los migrantes, de los pueblos originarios y de la clase trabajadora.
